En los versos de Tathiana Pinto Mesa hay un intento de transgresión de la norma gramatical, el decir edulcorado y la tradición lírica que se amuralla en el tiempo. Lo suyo es un juego audaz con las palabras, con los espacios, con las pausas necesarias. Ella construye/deconstruye el texto (“piel sobre piel”) desde la lúdica pretensión que conlleva al sonido primigenio de los sentidos o al origen mismo de la energía humana. El desborde poético abarca la ruptura de las formas, para que la percepción visual también se integre en el corpus simbólico. Su poesía proviene del barro, que, a su vez, transmuta en vasija contenida de los elementos de la naturaleza. Alejada del anacronismo lingüístico, esta poeta colombiana escarba otros modos de entender y apreciar la belleza, con ojos brillantes y mirada alucinante, en donde el pétalo se confunde con la luz ancestral/maternal y la  quimera, en una profunda meditación trasladada al poema.

                         Aníbal Fernando Bonilla

SOL NEGRO

Tomada de su mano
atravieso imagen en tinieblas
psique desintegrada.

Desciendo
abrazo sombras
cenizo cuerpo se enciende
sol rojo
individuación.

ESTRELLA EN CONVULSIÓN

Un reflejo chispeante
               /cruza mis ventanas,
el sol baila sobre el agua.
Me extiende su mano
cruza el umbral
atraviesa las enredadas
             /redes de mi memoria.
Estrella en convulsión,
mi piel quemada se pega
hasta el último soplo de lluvia.

OBLACIÓN AL SILENCIO

Te miro fijamente,
inmersa en tu profundidad.

A tientas,
desciendo
hasta las bóvedas de los pulmones,
vibro al ritmo de
la respiración,
me expando y retraigo con ellos.

Abajo,
en el vientre
paredes rugosas y húmedas.
Termales aguas
         /cosquillean por los pies.

Un punto de luz emerge
                     /desde mis cejas,
Ajna chakra
hilo de blanca luminiscencia.

Me sumerjo en las aguas
hasta tocar los cimientos
                  /de barro y fuego.
Caigo en ellos
      /como en arenas movedizas.
Nuevas capas de piel sobre piel,
     se tejen.
Soy una contigo,
              barro,
                        vasija vacía.

MIGRACIÓN

Migran quimeras
          a la sombra
                  acurrucadas
                         aguardan
                                 la primavera

                       MIGRAÑA
         Costal de pensamientos
        bomba de futuros y ayeres
   un hoyo negro                        NEGRO
 palpita                               en mis sienes