Una colaboración del / colectivo latino
Poesía
Abuelinas
“mi abuela se ha cambiado de nombre
yo me llamo agua”
Xel-ha López Méndez
I
Nacer sin abuelas
es rehacerse en la cartografía
/del otro
construirse un refugio
/de fotografías.
Es nutrir la tierra erosionada,
con cenizas y relatos
para que la lluvia propia
no inunde la madurez
con lo inamovible.
Nacer sin ambas
es sentir la falta
de lo que otros te cuentan
como cuando al hijo único
le hablan de hermanos que no tiene,
parecido al negro en los sueños:
carencia que se llena de colores
impredecibles, hasta que despiertas.
¿Será palparse el cuerpo
buscar en cada arista?
Mirar de cerca, reconocer simetrías,
pero siempre contar con una duda más
la seguridad la tienen ellas
y tú tartamudeas, las sientes
olvidadas no adrede
sino como lo que te cuentan
mas no entiendes, como las fechas
en un libro de historia
Mis abuelas son un animal extinto
en un bestiario de referencias
en blanco y negro
de su importancia histórica
/en la biología
humana, fragmento de un museo
/privado
con un letrero informativo:
“aquí descansa en paz…”
y unos cuantos datos
que te van contando tus guías
y que nadie más sabrá
/en todo el cementerio.
II
Cuando yo nací
Paulina ya no.
Su cuerpo una flor
de campo: en la milpa
de mi abuelo se secó.
Por tantos rezos y lágrimas
las raíces ya no reverdecen.
Mi madre y yo compartimos
de su ausencia a una edad temprana.
Los relatos de mi abuelo,
la sonrisa en lo cotidiano.
Una brizna de adjetivos
le rompió el cuerpo.
Su excesivo corazón
se salió de los bordes
y así se nos achicó el nuestro
por el miedo o la angustia
de repetir esa historia.
Mi abuela es una flor en el campo
nadie puede diferenciarla
su nombre apenas reconozco
y su legado queda en los órganos.
III
Cuando Adelina supo de mí
murió,
como si no me esperara.
Veo cada foto en el cajón familiar
y digo que no me parezco
pero mi padre mira:
de vez en cuando, como galletas
y me pregunta de dónde aprendí a
comerlas digo que no sé
y responde: así comía ella.
Adelina no me dio su piel,
ni su cabello, ni su calma
dejó un instructivo innato
de cómo vivir sin ella
una especie de diccionario
familiar, que intento aprender
/de memoria:
hay cosas que nunca se quitan
/de los verbos
las conjugaciones siempre
/conservan algo de sus raíces.
Mar Palacios
Xalapa, Veracruz, México (1997). Aficionada a las artes en general. Con el título de Licenciatura en Escritura Creativa y Literatura en especialidad Poesía, escribe poemas, haiku y ensayos, le apasiona traducir en su tiempo libre, sobre todo del japonés, ha participado en congresos con lecturas de poemas y ensayos. Sus escritoras favoritas es Hiromi Kawakami y Mieko Kawakami.
Colectivo Latino - Literatura & Arte
Es un entorno digital que promueve y difunde las letras en Iberoamerica.
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Bellísimo poema, gracias por llevarnos en esas olas de recuerdos.
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