Poesía
Primavera inesperada
De tu cadáver recojo flores
porque algo de jardín tenía tu nombre
cuando lo pronunciaba presuroso
en el pasillo interminable de la casa
que nos vio jugar con los umbrales de las puertas
a hacer y deshacer caminos.
Crucifixión en sepia para la nostalgia
Cuando tenga la edad de cristo sobre el madero
reconoceré el costado que me tocará entregar a la herida.
Siempre el dolor será nuestra fotografía más sincera,
el único rostro que no fingiremos para no espantar a los niños
o para volver blanda nuestra imagen.
El madero reconocerá mi espalda como la callosidad perfecta
para encallar sobre la rocosa sensación de la cercanía
o la nostalgia de creer que el bosque está de nuevo cerca
para humedecer su tacto con la savia que se entrega gustosa
a este inusual cronista de mis cicatrices.
Cicatriz de una boca que he olvidado
El recuerdo de tus caninos mordiendo mi respiración:
Ataúd de ébano prometiendo un espacio en el cielo de los anodinos
porque de ellos es el lugar donde la espina que protege la rosa
está hecha de un inmarcesible cuerpo de espaldas a mis plegarias.
Caja de juguetes extraviada en la mudanza de la memoria,
no niego que he sido culpable por las pérdidas que llegan a mi casa
y conocen por adelantado el rostro de mis muertos.
Alguna vez les confesé que todo lo arrebatado termina debajo de la almohada
incomodando el camino hacia el sueño con sus puños inmisericordes.
Pero sólo quiero que no conduzcas tu velero firme sobre la mar
para entrecortar de nuevo la respiración de mi olvido,
porque si algo queda de tu dentadura no se encuentra entre mi carne.
Push the door, i’m home at last
Borracha está la puerta
-Los piojos
Y fue la puerta de la noche abierta,
la sombra en carne viva por el alba.
-Eunice Odio
Llamar a la puerta
revela la intención de la persona tras el puño:
I.
Una renuente euforia que se contiene justo antes del primer contacto, piensa, no sería bueno dejar descubierta la intriga que habita mis nudillos, muy vulnerable la expresión de espera con esperanza, de ansiosa escucha por los pasos que pueden acercarse. Golpear secamente la puerta, arrumba las constelaciones de la posibilidad por el rabillo del ojo.
II.
Una palma tiene una geografía única para cada quien, estas líneas resuenan distintas, tienen sonidos de diferente infusión, no podemos esperar que una palma detone la pólvora que descansa en los tímpanos adormitados dentro de las casas a las que acudimos, tan violentos, que nos olvidamos del puño. Tan deseosos de romper el llanto como a un umbral: atravesando su oquedad destinada para el tránsito del fuego.
III.
Repetidas veces diremos la onomatopeya del deseo
como rezo sin Dios.
Ceremonia
Oficiar esta ceremonia de pérdidas y encuentros,
esta ritualidad carne adentro que se apersona
en la calavera gris del poema.
Príncipe de alquitrán en esta torre abolida
donde los pájaros ceden sus tejados
a las gárgolas que, nocturnas,
acechan la fragilidad de las sombras
para coserlas a sus lenguados espejos.
La disección de la mariposa
es una bella escena para nombrar lo humano,
esa necesidad por preservar lo que fue
en un recuerdo alegre que descansa
entre el polvo y la extinción.
La mariposa se sueña poema
y el poema dice mariposas arreboladas
sobre la cantina del sueño.
Los nombres son una disección de lo nombrado.
Javier Fuentes Vargas
Santa Ana, El Salvador, (2000). Poeta y gestor cultural. Estudiante de Antropología Sociocultural en la Universidad de El Salvador. Ha participado en diferentes eventos y lecturas a nivel nacional e internacional. Su poesía ha sido publicada en diferentes revistas impresas y digitales de México, Guatemala, Argentina, Perú, Colombia, Ecuador, Eslovenia, Rumania, España y El Salvador. Ha sido incluido en las antologías “Camaleónica: poesía latinoamericana contemporánea” (Libros del camaleón, Guatemala, 2020). “No nos tomamos un té con Borges aquella tarde de lluvia” antología poética hispanoamericana de hombres menores de 30 años (Chuleta de Cerdo Editorial, Guatemala, 2020) y en Boundless: antología oficial del Festival Internacional de Poesía del Valle del Río Grande, Texas (FlowersSong Press, Estados Unidos, 2021 y 2022). Mención de honor en el festival internacional “Premio a la palabra” por “Duele Igual” (Argentina, 2019). Obra publicada: La muerte llegará (Artesanos & Editores, El Salvador), Un lugar donde espero no morir sin conocer el odio (Incendio Plaquettes, Guatemala) Vaho (FlowerSong Press, Estados Unidos) y Un puerto para todos los gritos (Antología personal) (Artesanos & Editores, El Salvador). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, esloveno y rumano.
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