Cuento / KATIA MALO
LOLITA
LOLITA
-A ese tío tuyo le voy a meter un chut un día de estos. ¡Alto ñaño! De lejos se ve que “ella” es todo un pato- .
-Hey guay, no te metas con mi tío Tuti, -¿Cuál es tu cosa? Búscate un hombre de tu tamaño y deja de estar molestándome.
¿Cuál es tu problema? Yo ya sé que no quiso cortarte ese pelo duro que tienes “toca la puerta” que no coge pa´’ ningún lado. Ese es todo tu problema. Acéptalo. Ese es el problema. Nunca te quiso atender en el salón de belleza del tendedero. No te metas conmigo porque te voy, hey, ¿ves esta piedra que tengo en la mano? te la voy a reventar en la cara. Es más, voy a hablar con el tongo ese, el mogo que está en la esquina, que se hace el “yo no he visto na”. Sígueme molestándome pa´ que veas… Estoy esperando que venga pá acá para contarle que a ti te gusta meterte con los más chicos ¡Tú vas a quedar bien fregao!-
Estoy harto que ese tipo me ande molestando cada vez que voy a la tienda. ¡Ta’ bueno de eso! Le he dicho mil veces a la abuela que mande a Tania, porque yo estoy bien c… que cada vez que el Carlitos ese, me ve venir de lejos, me empieza a gritar cosas del Tío Tuti.
La Tía Tania siempre dice que – “ella para allá no va, porque ella solo compra en el SUPER, que ella a donde el chino no va-. —Que ella no quiere que la vacilen y que se mantiene fina. O super o super. -Ella p a r a a l l á, no va… y punto.
Se lo he dicho a mi papá cuando sale a comprar. – “Apunta, apunta….que nada que el jugo y el pan” …No quiero ir a la tienda… chuzo, a él todo se le olvida. Bueno, pues que vaya él… que cuando se baje del bus, entre …- que tiene que echar pa’ atrás, bueno, él se lo buscó, quien le mandó a no apuntar. Yo ya le dije, no voy más pa´ al chino!
-Tuti, la Lolita- me grita el m… ese! – Tuti, la Lolita-
-Sí, Tuti, la Lolita. Yo sé bien a qué se refiere. Yo no tengo la culpa que el otro sea ñorro. Y aparte de todo, ese es mi amado Tío. Yo lo vi un día, él creía que yo estaba dormido. Yo lo aguaité, él estaba desesperado esperando que la abuela se durmiera. La vieja empezaba a cerrar los ojos y cuando empezaba a roncar…griiii hip, se despertaba..- ¿Cuándo te vas para la cama abue?- -¡Mi´jo! ¿Cual es tu desesperación?, – Veo tele hasta cuando quiera. Toy viendo la telenovela… dizque se dormía en la silla esa que le regaló mi papá pa´l día de la madre.
Hey, ese man, como si fuera mi culpa que el ande todo jodido ahora… él no sabe quien es mi Tío Tuti. Hey, mi Tío Tuti, no es ningún vago ni ladrón.. ¡Qué va! Tú sabes cuantas veces me acompañó a la escuela pa´que nadie se metiera conmigo en el camino. Desde el primer día del pre-kínder. Él siempre me decía que a mí nadie me va a fregar como a él. – No, pero nunca me contó por qué estaba fregao, pero cuando a veces, hablaba de eso se le aguaban los ojos. Siempre me decía que a mí nadie me iba a fregar. Yo me levantaba de la cama cuando él me despertaba, medio dormido me quitaba la pijama, me ponía las chancletas y me decía – corre viejito, que llegas tarde y la maestra se va a enojar contigo. Corre viejito- Abría la pluma del baño y mientras yo me quedaba en la esquina sin mojarme, él no se qué hacía, pero volvía, abría la cortina y me decía-pero chuzo, viejito, vas a llegar tarde. Métete a la regadera… me traía el cepillo de dientes lleno de pasta Colgate y a dentro, al agua! El agua me caía por todo el cuerpo y me espelucaba. Yo salía entoallado, con las “friquin” chancletas puestas, porque con ese “pónte las chancletas, pónte las chancletas, pónte las chancletas” me tenía totalmente adoctrinao… “Las chancletas son importantes, recuerda: I M P O R T A N T E S. No se te pegan las lombrices ni nada de nada. Yo, a medio secar, sentía cómo el calzoncillo se me trancaba en los muslos medio empelotado por lo mojado que taba, Ese Tío Tuti, volvía y me ponía las medias, los zapatos, ¡hasta me amarraba los cordones! Y yo me sentía el rey, sí… como el de la peli, ese rey que lo visten y toó. Tío Tuli le decía a la abuela “Hey viejita, este muchachito si que es inteligente, ya se sabe amarrar los zapatos, y me quiñaba el ojo. Este si va a hacer un hombre de verdad, El va sé tu médico, tú vas a ver abuela. Este sí es el man. “
-“Tuti, La Lolita”-
”La abuela se sentía toa orgullosa porque le creía el cuento y yo… yo también me lo creía. Me creía que yo sabía atar los cordones de los zapatos y en verdad… no sabía cómo hacer el nudo ese. ¿Cuál lado es primero? Se estiran los dos lados, se jalan, se mete el del lado derecho dentro del lado izquierdo, se hace un lazo y listo! ¡Nudos listo! Mi tío Tuti los ataba bien fuertes dos veces para que no se me soltaran, y me peinaba.
´-Amárrate los zapatos tan fuertes como te amarras la correa. Y ya lo sabes, Amárrate los pantalones. Nada de nada. AL baño no se va sólo NUNCA, y mucho menos a tu edad. Espera que entre otro niño y tú entras, pero no ENTRES SOLO NUNCA. Si adentro hay varios pelaos más grandes DATE MEDIA VUELTA!!! ¿Me estás escuchando? MÉATE pues, MÉATE pero no vayas a sacar el pipiricho frente a un man too peludo! Es más, entra al servicio como si fueras a caga, pero NO SAQUES EL PIPI frente a manes grandes-
-¿Yo no se quién carajo inventó esos orinales dizque para ahorrar tiempo o espacio? ¿Por qué uno tiene que sacar su cosa al lado de otro para después buscarse uno un problema? ¿Quién inventó esa vaina? – Métete en el servicio cerrado aunque sea para que te salgan dos gotitas, pero ese pipiricho nadie te lo va a tocar!-
-Voy a ponerte un poquito de gel y cuando la maestra te pregunte que sí tienes gel, tú contesta que no, que es crema de peinar Bylcream, “la que usan los hombres”.
La abuela a veces sonreía, y a veces le decía “Déjate de andar con esos tipos raros.”-Yo la escuchaba y me hacía el que no entendía.
Una noche, la noche que lo pillé, se metió en su cuarto y dejó la puerta medio abierta, pensando que yo ya estaba dormido. Después de un rato yo me quité la sabana de encima y suavecito, muy suavecito me acerqué y lo aguaité entre el marco de la puerta y la puerta. ¡Que chévere!. Me atreví a mirar desde allí y lo vi: él tenía un moño fulo en la mano y lo estaba peinando. Pensé que era para una cliente, pero de pronto… él se sentó en la silla de su “hermosa cómoda de Cowes, modelo Princesa” como él decía. y empezó a ponerse unas uñas falsas fiuchas, largotoootas, una a una, con una calma, viéndolas y sonriéndose, se embatunó toa la cara, se puso polvo mágico blanco… pestañas falsas negras, se pintó los ojos con colores verde y plateado. Se amarró un tuntún y se puso la cola rubia platinada. Se fue al closet, y detrás del saco de planchar y la tabla, abrió un colgador oscuro, sacando un traje verde lleno de piedritas de colores. Se quitó la bata de toalla… ay Dios, un panty rojo con brazier negro… hey, qué cosa…¡el Tío Tuti era mujer! ¡Con tetas y too! ¡Qué tetitas ¿Serían de verdad? Se pintó los labios del mismísimo color de las uñas y se puso un perfume con un olor bien sabroso. Agarró una cartera plateada, se detuvo en el espejo, quiñó un ojo y tiró un beso al espejo. Salió algo apurado por la puerta que daba al tendero de atrás. Todo ese rato yo estuve pegado a la parte de atrás de la puerta viendo la transformación de Tío Tuti y entendí… comprendí…. quién era Lolita…
-“Tuti, La Lolita”-
Ahora mi Tío Tuti está allí en su cama de enfermo. Yo le acaricio la cara, le sonrío. Lo beso, le llevo su leche caliente y su bolsita de agua. Yo no le tengo miedo a que se me pegue nada porque ya vino un señor alegre del ministerio y nos explicó lo que él tiene, y cómo se pega y cómo no se pega. Ese señor dice que en casa no hay ningún problema y que le sobe los pies con su menticol, que le converse y le eche muchos cuentos cuando ya haya hecho mis tareas. Sí… eso hago siempre.
En las tardes, antes que la abuela prenda el televisor para ver los culebrones de narcos y mariposas, yo le cuento a mi Tío Tuti todo lo que hice en la escuela y que extraño mucho sus caminatas mañaneras tomándome de la mano para ir a la skul.
Hay momentos en que él abre los ojos y me hace un guiño cuando yo me paro detrás de la puerta, como esa noche, sí… detrás de la puerta. Y yo, simplemente sonrío y le digo, suavecito para no molestarlo… te quiero mucho Tío Tuti, te quiero mucho… poco pelo
KATIA MALO
David, Panamá. (1961). Contadora Pública de profesión, ha publicado los libros de cuentos: CRUZ ALTA/CRUZ BAJA (1997), VUELVE YA EL OTOÑO (2017), y una versión corta bilingüe español e inglés. Escribe también cuentos infantiles publicando un relato para colorear: EL CONCURSO (2021).Ha participado en diversas antologías nacionales e internacionales. Ha sido invitada a los Encuentros Hispanoamericanos de Escritores, en Santa Clara, Cuba, al V Encuentro Hispanoamericano en París, Francia (2022), y a las Ferias del Libro de Panamá, La Habana, Cuba (2019, 2020) y Santo, Domingo, República Dominicana (2019). Es miembro de la Academia Panameña de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ).
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Touche. Outstanding arguments. Keep up the great work.
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