Artículo / Por: Aníbal Fernando Bonilla
Poemas peregrinos, entre la encrucijada y la bruma
Poemas peregrinos, entre la encrucijada y la bruma
Aníbal Fernando Bonilla
La vida podría resumirse como la apuesta diaria frente a lo desconocido, a lo ilusorio, a lo azaroso, a lo refractario. Acertijo de las cosas insondables, la poesía -conjuro de vida- se manifiesta de cuerpo entero, en una tarea de orfebrería en plena aurora. Es la declaración genuina en el escenario de las incertidumbres. Apremio y urgencia por descifrar los signos capitales. Desnudez del hombre ante sus miedos e ilusiones. Anuncio sutil de lo sempiterno en antítesis de lo perecedero. Referencia del sol y la inclemencia del sometido. Desenfreno más allá del destino. Esfera implícita que anuncia la muerte, o al menos, seduce sus entresijos.
El poema trasciende sobre las hendiduras del mundo, “en medio del océano del mundo”. Acomete en la profanación y el hallazgo. Vastedad en el fino enunciado. Interpelación que va por el camino indefinido, pero no por ello, menos cautivante. Cadencia del tiempo en la vibración de los sonidos. El verso como llaga triste y humedad adherida al asedio de las aguas agitadas. Sortilegio que se difumina en la arena de mar. Vuelo y viento de gaviotas de mar. Tarde con ropaje de frío en la armonía de mar.
Campo de juego (Editorial Vinciguerra, Buenos Aires, 2012), acopia un conjunto de textos de la poeta argentina Beatriz Schaefer Peña, cuya estructura se divide en dos partes, integradas -la primera- por poemas que recogen el propio título: “Campo de juego” y, en la segunda, definida como “Campo raso”, con un epígrafe contundente de María Granata: “Y el día sigue siendo adentro de la noche…”.
En “Campo de juego” se describe la seducción lúdica en el tablero en blanco y negro. Es la estrategia impuesta en cada jugada, en la cual las piezas designadas cumplen un rol determinado. Existe una abstracción entre el juego que vaticina caminos trazados y la propia existencia como búsqueda incesante de respuestas tras la decisión de avanzar en el territorio de batalla. Como dice la autora: “Este porvenir incierto me deja, sin embargo, / la esperanza de continuar en el día / hacia la noche”.
La vida -esa competencia constante con lo inexplorado- resalta en cada movimiento que permite la contienda. Es la conquista del Rey, “el gran desamparado, / el heredero de sí mismo”, a través de la “confrontación y lucha” entre los opuestos. Es la validez de los triunfos y las derrotas; paradoja de nuestros actos, nuestras esperanzas, nuestros infortunios, conscientes -o a ratos contrariamente inconscientes- de que “la suerte estaba echada mucho antes / del comienzo”.
En tanto, en “Campo raso”, contando con la condición-percepción femenina -tal vez bajo la tutela de la Reina-, Schaefer irrumpe en el “anverso y reverso” del cauce humano, desde la historia (mejor aún, desde la intrahistoria), desde el dolor, desde el mensaje íntimo, desde la dedicatoria fraterna, desde la inocencia perdida, desde el pálpito errante, desde las contradicciones, desde la conflictividad social en las calles bonaerenses, desde el señuelo dirigido a la otredad(es) con tono nostálgico: “y decíamos que era imposible / volver al pasadizo de los sueños / cuando su transparencia / se convierte en niebla / donde se pierde la hondura del deseo, / la plenitud del goce / y el juramento que se cifra en lo eterno”.
Schaefer provoca llamas en la pira con la palabra frágil-herida-concluyente como “ofrenda encendida”, cuya invocación perturba el antiguo dilema del Bien y el Mal. A la vez, propone señales: “El ayer es una incertidumbre del recuerdo/ y el mañana se esconde tras la máscara / de los imposibles”.
Los poemas de Beatriz Schaefer van a la cacería de lo oculto, en pro de la revelación “para descubrir / la Encrucijada”.
Beatriz Schaefer Peña
(Buenos Aires, Argentina). Ha publicado, en poesía: Mi jardín tiene estrellas, 1947; De Ángeles y designios, 1982; Revelaciones y artificios, 1992; El fuego y los vestigios, 1998, 2da. ed., 2000 (Faja de Honor SADE, 1998); En la Alta Noche, 2003; El que devora, 2008; Campo de Juego, 2012; Las Cícladas y La Acrópolis, 2016; Dónde estás Walt Disney, 2017. En narrativa: El cielo prometido y otros cuentos, 1998. En ensayo: Revelación de lo arcano en la obra de Luisa M. Levinson (inédito, 1er. Premio Círculo del Zelofonte, 1998). Participante en numerosos encuentros literarios del país y exterior: Cuba, Puerto Rico, Chile, Uruguay, México. Integró la Comisión Directiva de SADE /1995/99. Actualmente, la Comisión Directiva de la Fundación Argentina para la Poesía (FAP). Algunas distinciones: “Huésped distinguida”, Santiago de Cuba, 2000; “Huésped de honor”, Ciudad de Peñuelas, Puerto Rico, 2000; Premio “Puma de Plata”, Fundación Argentina para la Poesía, 2008; Distinción “Juan Bosch”, Embajada de la República Dominicana en Uruguay, 2009; Distinción “Jorge Meretta”, Uruguay, 2015; Gran Premio de Honor 2017, Fundación Argentina para la Poesía. Parte de su poesía está traducida al italiano, portugués, catalán y alemán.
Aníbal Fernando Bonilla
Otavalo, Ecuador, (1976) Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española y Latinoamericana, y Máster en Escritura Creativa por la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR). Licenciado en Comunicación Social. Ha publicado, entre otros, los poemarios Gozo de madrugada (2014), Tránsito y fulgor del barro (2018), Íntimos fragmentos (2019), y la recopilación de artículos de opinión en Tesitura inacabada (2022). Finalista del Premio Nacional de Poesía Paralelo Cero 2018, y del III Premio Internacional de Poesía de Fuente Vaqueros 2023. Columnista de diario El Telégrafo entre 2010 y 2016. Actualmente es articulista de El Mercurio, de Cuenca, y colaborador en varias revistas digitales. Participante seleccionado en el Taller de Poesía Ciudad de Bogotá Los Impresentables (2022 y 2023). Ha sido invitado a eventos de carácter literario, cultural y político en España, Nicaragua, Argentina, Uruguay, Cuba, Bolivia y Colombia, como el XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos en Salamanca (2012), el XIII Encuentro Internacional “Poetas y Narradores De las Dos Orillas” en Punta del Este (2014), el VI Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe en La Habana (2016), el III Encuentro Internacional de Poesía en la Ciudad de los Anillos en Santa Cruz de la Sierra (2016), o el XI Festival Iberoamericano de Poesía en Fusagasugá (2023).
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