Artículo / por: Carmen Concha-Nolte
CONTIENDA EN LA NOCHE
CONTIENDA EN LA NOCHE
El autor nunca es nada más que el que escribe.
Roland Barthes*
El poeta Josué Andrés Moz (El Salvador, 1994) tiene cuatro poemarios publicados. Sus poesías han sido traducidas a algunos idiomas. Ha participado en festivales y congresos en diferentes países. Hace unos días, me sorprendió un poema de su autoría que publicó la revista El Pez Soluble, el cual paso a comentar. Antes de hacerlo, parto, al igual que el poeta C. López Degregori (Perú), que la poesía es conmoción.
El poema referido se titula “Nocturno del tiempo”. Este crea un microcosmos donde el yo poético, privado de luz, contiende ante la ausencia de lo amado. Ese “yo” retrata su lucha con melancolía, pues el término «nocturno» alude a noctambulismo y/o nostalgia. Ante lo ausente, retrotrae vivencias como apreciamos en cantera de la memoria/ huyendo; además, en he calcado esa memoria. Y, la figura de la noche se reafirma mediante madrugada, inercia, bostezo, ceguera, por citar algunos.
En este proceso poético, se recurre a tres instancias. La primera está marcada por la ausencia y la oscuridad. Esta da inicio al poema: Al filo de la madrugada. Aquí hay afectación subrayada en era mi corazón una caries, potente figura. En seguida, se alude a los dientes ficticios de la noche, y se pone de relieve a las manos. Acto seguido, se marca el lugar «En medio del» desierto por un lado y, por el otro, sequía. La ausencia se va difuminando para acercarse a una materialización ayudándose de sinestesias (asignación de un sentido no correspondido) en una «boca» sorda, una «lengua» ciega frente a otra saliva.
En la segunda instancia, la memoria recupera lo plausible. El yo lírico acepta un Estás, de nuevo. Con reiteración se marca el lugar: Más adelante, para autodefinir el amor como «factura», «coágulo», «bandera» o «un poema recurrente». Luego, el “yo” poético empieza a visualizar su objeto amado mediante «Te veo sonreír…», y toma la licencia de remarcar el lugar, «allá adentro», sitio donde se reconstruye «tu desnudez». Continuando, vuelve a imaginar lo ausente «Te veo esculpir la mañana…», y, por ende, el tiempo nocturno está llegando a su fin mediante asomada en el abismo de otra sangre para aludir a otro día (inicio de la mañana).
En la tercera instancia y última, el yo poético destaca la página como composición donde se transcribe o calca lo que subyace en la memoria -incluyendo ausencias- aunque el reflejo intenta anegarlo, o la noche pretendiera devorar recuerdos. Todos ellos pueden aproximarse, asomarse a la vivencia o mantenerse distantes. Se sentencia que entre el «ojo» y la «página» hay pérdida, incluso en el empleo de la palabra y el vientre que se ha escrito. La figura de vientre para referirse a la amada o al texto poético nos recuerda las palabras de Edith Piaf: «yo canto con mis ovarios»
Por último, observamos un vocabulario depurado, selecto: el insomnio es capaz de reconstruir tu desnudez. Las descripciones son potentes. Se recurre al cuerpo como recurso primordial. Desde el título nos encontramos con un lenguaje figurativo, pues se puede concebir nocturno como melancolía o las altas horas de la noche. Hay ligazón entre tiempo y lugar. Además, hay figuras literarias como la anáfora en: En medio del desierto… y En medio de la sequía… Algunos podrían sustentar -con justificada razón- que el poema intenta demostrar la compleja relación de la lengua en cuanto a la palabra y sus referentes, ya que toda memoria merece plasmarse en una hoja para perpetuarse. Finalmente, la poesía es conmoción. Bajo esta premisa, es lícito echar a andar nuestra agitación e inquietudes sobre la poética de José Andrés Moz, a quien le auguro un camino fecundo en poesía y en todo lo que se proponga.
*Barthes, Roland “La muerte del autor”, en El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura. 2da edición, Paidós, Barcelona, 1994.
Carmen Concha-Nolte
(Perú). Lingüista, UNMSM, Lima. Maestría en Literatura. Poeta. Reseña textos. Aparece en varias antologías: No solo palabras; Rumbo a los sueños; Antología de Poesía, Trinando 2022; Antología 2021, Tx: El verdadero nombre las cosas (alumnos 2021-22), Escuela de Escritores, Madrid; Tigres para Juan, Brevilla, CL 2022. Sus reseñas y obra se publican en Alma Mater, Kametsa, Las Críticas, Crear en Salamanca, Inmediaciones.ogr, El Signo Invisible, entre otras. Vive en Washington, USA.
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