mon cher mort | Recordando a ELVIO ROMERO. Yegros, Paraguay (1926-2004)
ELVIO ROMERO
EL ECLIPSE
¡Salto en alto!
Transpiraciones celestes,
mágica irrupción,
rugidos.
¡Salto del tigre a la luna!
Acechó el tigre a la luna
de blancos colmillos
—¡rio de luna por sus colmillos! —, tigre
noche, tigre lluvia,
tigre que persiguió al viento
azul tigre azul, ofensa
de luna por los colmillos
del tigre acechando al viento
nocturno frente a la luna.
Persecución, maleficios
del tigre azul en la noche.
Mágica irrupción,
rugidos
del tigre sobre los montes,
del monte al viento,
del viento al aire,
del aire al tigre,
del tigre…
(¡Salto en alto!)
i.…el tigre devoró a la luna!
Luna de colmillos blancos
bajo la luna,
colmillos de tigres,
blancos de luna
contra la luna blanca
que persigue el tigre
cerrando el paso a la luna.
Transpiraciones celestes.
Persecuciones del tigre.
¿Qué motas mancha la luna
con color de piel de tigre;
qué tigre
manchó con motas de luna
la piel de color de tigre,
luna con motas de piel de tigre,
tigre con motas de piel de luna?
¿Devoró la luna al tigre?
¿El tigre devoró a la luna?
Persecución, maleficios
del tigre azul en la noche.
Luna de colmillos blancos
bajo la luna,
colmillos de tigres, blancos
de luna contra la luna
blanca que persigue el tigre
cerrando el paso a la luna.
¡Salto en alto!
Mágica irrupción,
rugidos
del tigre sobre los montes,
del monte al viento,
del viento al aire,
del aire al tigre,
del tigre…
¡El tigre devoró a la luma!
De los valles imaginarios (1984)
CAMINOS
Hay caminos que suben
o que bajan, según disponga el viento,
según el caminante mire el bosque o la sierra,
según el tiempo cambie los ojos del viajero.
Hay caminos que cambian
de colores, se asombran o enrojecen,
según les cubra el ala del verano,
según la luna embruje sus vertientes.
Hay caminos que beben
agua o noche, según hablen los meses,
según crezcan los hondos tajamares,
según muevan las sombras el poniente.
Hay caminos que siguen
o detienen, según las hondonadas,
según me traiga a ti, según me lleve,
según nos aproxime a otras comarcas.
Hay caminos que llevan
o que traen, según las tierras andan,
según se vaya al Sur, según al Norte,
según crucen colinas o bajadas.
Hay caminos que dicen
“mañana”, “ayer”, “entonces”, “antes”,
como heridos de sombra en tiempos grises.
Según se vaya andando por las tardes…
De los innombrables (1970)
[Fragmentos]
Emigraron los hombres como los pájaros. Aquella inmensa arcilla de mitos se despegó de sus raigambres interrogando al silencio, desperezando las antiguas preguntas. Hacia el lugar de la procreación primigenia, de los varones que engendraron a los varones, del alimento justo y de la roza escondida.
Las caras se tostaban en dirección al Naciente con una enorme fatiga anticipada. Emigraron como los pájaros. En pos de su primavera, de la Tierra-Sin-Males, donde habita la luna, Ñande Sy, nuestra madre. El sitio para el reposo, para la saciedad, para el sueño infinito. La tierra de los opimos frutos, de las raíces como frutos.
Emigraron bajo el peso de innumerables lunas. Abejorreo de pasos rumoreando en la selva, jarabes de sudor iban, ampolladuras de cansancio. Hacia la respiración del Naciente. Por montes y llanuras y pantanos de fiero acecho verde. Miles de pasos en circulación desnuda y sin consuelo. Miles de seres bajo el calor que caía del cielo, de la lluvia que caía del cielo, apañados por el ardid del sortilegio, de la esperanza que caía del cielo.
Con la certitud de la parada final en los párpados, como una inmensa furia florecida.
De: Libro De la Migración (1958 -1964)
ELVIO ROMERO
Poeta paraguayo nacido en Yegros, Paraguay, el 12 de diciembre 1926. Se incorporó a la vida literaria de Asunción siendo muy joven y compartió tertulias con Josefina Plá, Hérib Campos Cervera, Óscar Ferreiro, José Antonio Bilbao y otros altos exponentes de las letras paraguayas de entonces. En 1947, a raíz de la guerra civil, abandona el país con escasos 21 años y se radica en la Argentina. Primeramente vivió en Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco), y por su casa pasaron camino del exilio, figuras como José Asunción Flores, Augusto Roa Bastos, Carlos Garcete, Herminio Giménez, los hermanos Larramendia, entre muchos otros escritores y artistas paraguayos exiliados en la Argentina. Posteriormente se traslada a Buenos Aires y ya instalado en la capital argentina, su voz poética, transformada en testimonio vivo de los sufrimientos y conflictos del Paraguay por haber sido protagonista de los tiempos trágicos de la Revolución del 47, irradiará hacia toda la América Latina y Europa, transformándose así en el más internacional de los poetas paraguayos. Desde su exilio en Argentina y hasta su fallecimiento, no volvió a residir en el Paraguay. Vivió sucesivamente en Brasil, Cuba, Francia, Italia. Viajó incansablemente alrededor del mundo por Asia, Oriente Medio, África, Europa y América del Sur. Publicó: Días roturados (1947), Resoles áridos (1948-49), Despiertan las fogatas (1950-52), El sol bajo las raíces (1952-55), De cara al corazón (1955), Esta guitarra dura (1960), Libro De La Migración (Yby – Ñomimbyré) [1958 -1964]; Un relámpago herido (1963-65), Los innombrables (1959-73), Destierro y atardecer (1962-75), El viejo fuego (1977), Los valles imaginarios (1984), Flechas en un arco tendido (1983-1993), Cantar de caminante (2007). Como ensayista publicó una biografía Miguel Hernández – Destino y poesía (1958), El poeta y sus circunstancias (1991) por el cual se le otorgó el Premio Nacional de Literatura, de ese año y Fabulaciones (2000). Falleció en Buenos Aires (Argentina), el 19 de mayo de 2004, a los 77 años.
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