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Poesía

¿CÓMO VIVIR A DIARIO
CON LOS DIENTES DE FUERA?

Mostrando las muelas,
haciendo unas muecas,
sacando el levísimo cobre/calavera
del alma

mostrando el casco, lo que
íntimamente y más, somos y
seremos.

Pelada la risa, pelado el dolor
¿Qué otra cosa debo manifestar?
¿qué más hay que declarar
sacando esmalte micótico azul?

Asqueroso.

Fauces feas, deformantes,
esa trampa para osos amenazante,
tenebrosa, terrible…

¿Cómo vivir a diario
con los dientes de fuera?
Hileras amarillas, indisciplinadas,
cochinas, incompletas que denuncian
la alegría desnuda,
los estertores
de
la
muer
te.

 
¿CÓMO LE PONDRÍAS TÚ A ESTA CHINGADERA?

Ya tenía la escuadra, ya tenía los tiros: dos por si uno le fallaba. Nomás faltaba el valor exacto pa volarse la tapa de los sesos y lo hizo: fue por más cervezas para ver si se animaba y se puso jarras. Una vez tomado, allí en su silla jaló el gatillo y se fue a dormir.
¡Qué feo!
Dios le hizo el infierno nada más para que viera qué dolor de cabeza le daría en la mañana.

 
DÍA DE LAVANDERÍA

Tengo un pleito casado
con el ciclo de lavado:
no le entiendo, jamás le he hecho caso.

El polvo del jabón que entra a mi nariz
que me hace estornudar
no es como la coca, no es como el cristal…
los minutos, los segundos,

u
n
o
a
u
n
o

gira el ciclo cual matraca
andando en círculos perfectos
de mugre, trémula espuma,
suavizantes y algodón.

El peso del agua en la tela,
el naufragio de mi pantalón,
morusas, pelusas, cartón,
jamás un peso.
¡Ni qué decir de los billetes!
No resisten la primera lavada del mes.

En otros lenguajes la ropa se lava y
se destiñe igual.
Quizás por eso no entiendo los botones,
peleo con las perillas y sueño que
mi castigo tras la putiza policial y
el internamiento, era un tanto más amable
más cordial.

Porque
¿Qué culpa tiene uno de los ríos incontenibles que anegan la casa y la paciencia?
¿Qué culpa tengo yo de que el agua puerca despinte de todo menos la eterna polución de las prendas que se pegan y nunca han sido confortables?

Lavadora cruel, impersonal.
Alguien perdió el gancho
que sujeta la manguera y
la debo sujetar yo para
que no se pierda

porque pierde el movimiento
del motor inmóvil que yace mojándose
tras figuras que mojándose se aferran
a seguir sucias.

Lavadora infiel, animal,
que ruge segundo a segundo
en vuelta errática, anormal,
antinatural…

Te odio lavadora, te odio secado a sombra,
secado al sol, tendedero pa colgarse…

vasos
gramos
pasos
dosis

mierda.

 

SOL DE MIERDA

Maldigo el sol porque da la vida
                                     /en la tierra.
Porque me dio la vida a mí y
porque dio la vida entre tus piernas.

Nos cubrimos la maceta de tus mierdas
y consignas al viento
                      /a volar nuestros sombreros,
retornando aún más ensañado y ardoroso.

Autor de días de furia;
                               /de odio a esta ciudad,
millares de miles sin nombre han muerto
                                            /ante tus ojos,
donde nomás las nubes sin llanto
                                   /tienen misericordia
de nosotros…

Los esclavos, la entera humanidad
                                           /te hizo efigies
rogando apagar tu furia, calmar tu lumbre,
hacerte uno de ellos, de nosotros,
                                          /de los nuestros.

Maldigo el sol en el lomo del obrero,
del jornalero, del campesino y albañil.
Que castiga la resaca, que condena a la sequía.

Maldigo el sol de junio, y el de enero
                                                         /y el de abril;
maldigo el sol playero, el mexicano y tapatío,
que metiche el perro
                      /atraviesa en ruido el cielo añil
Maldigo el sol de marzo,
                          /el de agosto y de septiembre;
maldigo el sol tirano, maldigo el sol soleado,
                                                      /el sol de siempre
que destiñe los colores, que deshace mis amores
que reseca los ayeres tendidos
                                             /en la ropa de azotea…

Maldigo el sol que viaja veloz
                            /en rayos de muerte retardada;
maldigo el sol
                   /que me responde cinco mil veces tarde,
maldigo el sol queriendo sombra, queriendo antes…

previo a mí, después de mí,
                               /maldigo al sol y a sus planetas;
maldigo a Dios y a sus perreras; maldigo a todos
en edad de morir asados en la tierra.

 

HOY

Hoy la tele escupe muertos.
Doce o trece bien envueltos,
listos pa’la venta en horario estelar.

Erradicados radicales
van rayando de odio
nuestro escudo: el ave carroñera.

Somos todos pobres,
taloniando por comida
con el ánimo del día.

Uno más, uno menos.
¿Qué más da? ¿A quién le importa?
Nos hacemos viejos…

Y yo no quiero jubilarme,
no me quiero ir a guardar
por la Patria miserable
que de hambre ha de matar.


POR SI ME PIERDO…

Mira, mija:
si me pierdo, si me matan
o me buscan, no preguntes,
no hagas nada, no contestes.
No te muevas por mí.

Porque te pierden,
porque te matan o te harán llenar
un formulario de denuncia;
una entrevista con los medios…
Encarte burocrático que
pesará en tu alma ilusa,
intranquila, por el resto
de tu vida, por los siglos
de los siglos, amén.

Búscame, mija, mejor
en las Palmas, en misa de ocho a tres.
Ve al Parque Morelos, Río Colorado,
Alcalde y San Juan.
Indios Verdes, Insurgentes,
Tlalnepantla, Ecatepec.

Búscame en el pederasta,
el feminicida, el insecticida…
En el crimen irresuelto.
En el wey que se fuma la vida
en segundos sentados y amarillos
por el vagón del tren de división
a Mezquitán.

Pregunta por los días de abril,
por el camión atestado de mierda humana,
paridora irresponsable del demonio.
Pregunta por mí en la morgue,
en la iglesia, en transparencia,
a ver a qué le tiran,
a ver a qué le juegan.

Pregúntale al migrante que te pide de comer
o al pendejo que te da para coger.
Tenía nexos con el narco, una banda criminal,
una gorda cuenta en Suiza y
una sala en tribunal.

Nadie sabe, nadie supo y todo fue
una farsa: jamás existí,
fui tan solo un sueño
guajiro, mojado, inalcanzable…

Ve a ver si ya puso la puerca
en el sol de nuestros besos.
No me busques si no
es que encuentras
una fosa harta de huesos.

Poesía mexicana / Satriani Durán Vázquez …Maldigo el sol de marzo, el de agosto y de septiembre; maldigo el sol tirano, maldigo el sol soleado, el sol de siempre que destiñe los colores, que deshace mis amores que reseca los ayeres tendidos en la ropa de azotea…
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Satriani Durán Vázquez

(1995) Guadalajara, Jalisco, México. Estudió la Licenciatura en Derecho y la Licenciatura en Filosofía. Es autor de Sin Razón de Ser y Sin Nada Que Perder (2015), Cuentos, Mentiras y Poesías (2016), Morirse en México (2017), De Calles, Casas, Bares y Moteles (2019) e Hijos de su Puta Madre (2022); además de haber colaborado para distintos medios electrónicos e impresos en México, Guatemala, Argentina, Perú, Colombia y España, así como presentado su trabajo escrito en todo el territorio nacional, además de Centro y Sudamérica. No ha ganado ni piensa ganar premios de concursos literarios arreglados, fraudulentos o amañados.

Contacto: Facebook/Satriani Durán

satrianiduran665@gmail.com

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