Poesía
Y eso es todo
11:51 p.m.
ya casi es un nuevo día
y no tendré abominaciones
en mi corazón.
Esos pensamientos abrumadores
solo secan mi espíritu.
Si tan solo me eligieras
sé que encontraría sosiego
/mi ser
y contemplaría complacida
/aún más
la belleza del Creador.
Ven, vamos
seamos uno eternamente
y viviré
pero…
Solo yo sé
/que ya lo has vivido todo
al lado de otras vidas.
Tu altivez…
Tu altivez
tu odio
tu desprecio
me hacen
/estar a tus pies.
Y allí
ya convertido
/en tu miserable
postrado con mi amor
/y mis lágrimas
te los lavo.
Ahora
pregúntate
si yo te amo.
10 hogares
El que no pedí.
El que me arrulla como a monstruo
sin cadenas para su conveniencia.
El que me enseñó a transfigurarme
para poder engañarte.
El que espantado me quitó
/y escondió mis cadenas
y es el que hasta hoy
/me domina.
El que me ayuda a construir
una experta resignación.
El que me regaló
/una penosa burla.
El de una inimaginable realidad.
El que creo merecer
/ porque es el que amo.
El intachable.
Y el que nos merecemos.
Cambia ese corazón
/y dámelo como hogar
y así podré
/volverme a tu semejanza.
Hubiésemos hablado oro
Y seguí ilusionándome
con vernos
y tener sonrisas inexplicables
con apreciarnos sin lamentos
con burlarnos de nuestros actos
y conseguir una felicidad eterna.
Y que en todo eso se derritiera
mi corazón
/con tus hermosas locuras.
Pero desperté
y en cambio solo conseguí
ser torturado
/al ver tus amores
y ser el único dueño
/de tus desprecios
y solo así
aprendí a naufragar
/en tus verdades.
Y no hablamos oro.
Realidad y sueños
A lo lejos
veo tu forzada risa
por el amor que te profeso
y en tu fondo sostengo
a tu corazón pudriéndose
y así fuerzo
/a tus lágrimas a no caer.
Quisiera verlas caer
aunque tu necedad
/les ponga alto
cuando me corone tu odio.
Déjalas caer
para poder traficarlas
/con mi esperanza
y hacerlas parte
/de mis vicios.
Vicio en el cual
/me glorificaría
para aun con eso
hacerme uno contigo.
Y ya coronada con tu odio
buscarás matar el amor
que se formó
/sin tu consentimiento
a mis locuras
que es el que ahora te avienta
a que me robes un beso.
Y mira que solo me queda
/sostener
tu corazón pudriéndose.
Claudia Herrera
Santa Ana, El Salvador, (1987). Participó en el taller de poesía de La Casa del Escritor. Ha publicado el poemario Y en este tu jardín estuvo mi cuerpo fatigado (Índole Editores, San Salvador, 2018). Dicho libro ha sido incluido en el proyecto virtual «Enciclopedia de la literatura en México», de la Fundación para las Letras Mexicanas. Poemas suyos han sido publicados en la antología Memorias de la Casa. 25 poetas (Índole Editores/Fundación Claribel Alegría, San Salvador, 2011. Selección de Mario Zetino) y en la revista virtual chilena Cinosargo. La presente selección pertenece a una serie de poemas inédita.
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Muy bonitos poemas Claudia, felicidades 👏
Que inspiradores poemas, me encantaron, gracias por esa poesía.
Por el privilegio de conocerte, bendiciones siempre…
Maravillosa en todos los sentidos!!!
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