Poesía
NOCIÓN DE EXILIO
Si no fuera por mi padre muerto
tendría que cerrar ojos y valijas
y abandonar este medio país de mierda
donde estoy sumergido,
pero sus huesos echaron raíz en Chacarita
y en mi recuerdo
y ahora no me queda más
que andar con esta pena de calcio,
con este puñado de tierra enferma
resguardando su memoria,
poniendo a prueba tanto abandono;
si no fuera por mi padre muerto
yo mismo me enterraría
a ver cómo se arraiga su origen,
como brota la vida entre la ausencia.
Si no fuera por mi padre muerto
porque no tengo con qué arrastrar su cadáver,
donde guardar la imagen, llevarme,
en qué geografía deambular con él a cuestas,
un exilio que debe ser
como no tener dónde poner los muertos,
levantar su memoria, Patria, vergüenza,
debe ser no tener la tierra
para tapar la profundidad
donde sucumbimos.
Si no fuera por mi padre muerto
digo
si yo fuera un hombre de la edad que tengo.
CUANDO POR TUCUMÁN
Que nada de esta piel quede
suba en humo a la intemperie,
que se disuelva en la niebla amarga
en el incendio de los cañaverales.
Que nada de esta hoguera quede
con sus flores clavadas en el cielo
que lluevan penas de hollín
y sobrepase la vida este diluvio.
Sea lluvia de cenizas que seca
el verde recuerdo que teníamos;
nada a resguardo del lamento
nada que imagine en dos
la fe en la zafra y la fatiga.
Lega en dolor lo que fue azúcar
la intención inicial de nuestra siembra.
Sean estos papeles mal quemados
subiendo rojos al vacío
combustible en guerra
con todo lo que abandonamos
que al fin no deje ni escorias ni reliquias.
Llueven cenizas de tanta llamarada
que llevan nuestras señas
acaso sirva de truco en esa magia
que de frotar hollín sobre la piel
emerjan negros nuestros nombres.
Malhoja se funda en esta quema,
ni sombra quede, ni deudas de fuego,
ni miedo de este amor carbonizado.
(de Malhoja, 2015)
HAGAMOS UN MUNDO
CON LOS HUESOS HEREDADOS
Tendrá sentido inverso a las agujas del reloj
a las tempestades
al desmonte
al verbo resignar
será todo fuego
saliendo del centro de la Tierra
una cosmogonía que
ni Verne hubiera imaginado
satélites
espacios ocultos
moldes para arena
que sea de todos
se lo vea llegar por occidente
como si fuera el reflejo
de tanto amor hundido en ruegos
pero de idéntica sabiduría
un mundo con seguridad de abismo
donde caer sin prisa
donde volver a subir
y tocar el fondo
lleno de calles
gritos
bienvenidas
sea arrullado por el mar
y por la historia
detenga el flujo
de su arteria paranoica
sea el hogar
la cobija
la escritura eterna
“Vive como quieras”
como se lee en la casa
del Cristo Miguel Olivera
mundo de crueldad en abandono
cambiarle al tango
su simetría de angustia
ser cauce
ola
pez
espuma
aunque el agua llore
y no sea de lluvia.
NOCHE NEGRA Y SIN ESTRELLAS
a Enrique Cadícamo
Escribo a ciegas
sangre espesa sobre papel de arroz
de una biblia negra y sin estrellas
el plagio de Crimson a Nostalgias
también soy parte de una copia
tendones músculos arterias
sueños verbos irregulares
otra vez mal conjugados
digo intemperie y se me vienen
las tumbas de mis muertos
digo tango y es la casa natal
¿qué se atreverá a llevar de mí
esta vez la muerte?
sólo es un signo más
como sumar y restar
/multiplican las plagas
dividen las fronteras
¿qué habrá para el reparto?
levanto mi poesía
entre la primera piedra que arrojo
nunca estuve libre de pecado
pero los gustos hay que dárselos en vida
después… qué importa del después
escribo desde antes de vivir
cuando era agua y tierra separadas
el barro llegó con los años
hasta ser este ídolo
que se salva de la lluvia
carnaval de huesos sin historia
malversación de papeles que arden
éste soy mi cadáver
exhala el humo
de los poemas que dejo arder
pone por mí las manos
en el fuego de una hoguera última
morirá definitivamente
cuando deje de escribir.
MITAD ARENA
MITAD AGUA SALADA
Si hubiera nacido en Chile
no sería ni Neruda ni Bolaño
tan solo y mucho
un viejo pescador chilote
de gorro de lana y botas de goma
remando hacia Dalcahue
llevando poemas de mar
para la feria del domingo
con algas listas para el caldillo
de viento frío en la cara
llegando desde el Corcovado
si fuera al menos un poeta chileno
sobreviviente a los pacos y al almirantazgo
fugado de la isla Dawson
corriendo por Patagonia
empujado por el aire del Pacífico
porque sería un poeta en ascenso
entre coirones y greda
sería de los que se perdieran
las cosas agradables del mundo
como ser un poeta chileno
y no preguntar por el próximo poema
ni dónde cavarán mi tumba.
/Sean eternos los hielos que nos unen.
Daniel Quintero
(Buenos Aires 3 de diciembre de 1959). Publica su primer poemario en 1986 “Después de una larga noche”, Editorial Amaru. Al año siguiente se radica en la Tierra del Fuego, donde integra El Castor Literario, junto a Óscar Barrionuevo y Julio Leite, participa en diversos eventos culturales, trabajando para la Dirección de Cultura del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, y genera un trabajo de investigación sobre la poesía de la Isla, “Aires de Archipiélago”. También trabajó en la Dirección de Bibliotecas de la Provincia. Publica en diversas Antologías de la Provincia y de la Región Patagónica. En el año 1994 vuelve a Buenos Aires, y crea junto al poeta Óscar Barrionuevo el sello editorial Parque Chas Ediciones. Participa en diversos ciclos, encuentro y Festivales de Poesía en Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador, Cuba, España y EE.UU. Es uno de los organizadores del FIP de Parque Chas, en homenaje al Poeta LUIS LUCHI. Tiene publicados varios libros de poesía y relatos breves: Cementerio de Payasos, Inusual, Malhoja, 0Killed, entre otros.
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