Mi querido muerto
Poesía
Dormido el cuerpo
con la boca fría
me entrego a un deambular
/de paso y paso
ritmo de mi sentir
/quedo y quebrado
salta por montes de la carne mía
es un ciervo alto
/desangrado y graso
con la vena blanca
/y el sudor cansado
que atraviesa caminos sin sentido
Me acecha el ave
rígida y despierta
las alas tenebrosas desplegadas
ciervo, garra y ave
el cuerpo está herido
el alma triunfante
con la garra abierta
graznando sobre fibras estancadas
Desplegada en el aire
Desplegada en el aire,
colgando de un hilillo
que se alarga y se angosta
mientras escupo o chupo,
yo, araña en la tinieblas
con las patas redondas
de gastar las paredes,
con el vientre escaldado
de manejar insectos;
me subo hacia los techos
y me hieren huevillos,
me bajo a los rincones
y me penetro de agua;
vuelvo hacia el aire fresco
y me quedo colgando,
los ojos encogidos
de soledad y viento,
las patas destrozadas
de agitarlas con fuerza.
Rompiendo en la cabeza,
fluyendo en las entrañas,
la baba se me escapa,
me destroza los miembros.
Languidezco vacía
con la cáscara suave
arrugada y desnuda,
colgando aún del aire.
Mi cuerpo niño de animal enfermo
Mi cuerpo niño de animal enfermo
se asoma, flor de muerte,
/hacia la tierra.
Las fauces sin canción
/lo atraen al sueño.
Cabezas erizadas por el yermo
se arrastran contra el pozo
/que las cierra,
la órbita vacía estirado el ceño;
mi cuerpo triste aún de carne nueva,
se retuerce y se espanta ante su nada.
Se arrastran los demás, muerte dormida.
Es tentáculo oscuro que lo lleva
y es una piedra enorme, muy helada,
que se encuentran, tardando mi caída.
Ana Antillón
(1934-2023), poeta y narradora costarricense, autora de los libros: Antro Fuego (1955), Demonios en Caos (1972), Situaciones (2000) y Coruscar (2001). Cursó Antropología y Bibliotecología en la Universidad de Costa Rica. Laboró en la Biblioteca Nacional en la época en que esta era dirigida por el poeta Julián Marchena (1847-1985), y profundizó en el conocimiento de la poética contemporánea de Hispanoamérica. A mediados de la década de los cincuenta tiene relación con los poetas vanguardistas de Nicaragua, como Alfonso Cortés (1893-1969), Carlos Martínez Rivas (1924-1998), y particularmente con Pablo Antonio Cuadra (1912-2002), José Coronel Urtecho (1906-1994) y Ernesto Cardenal (1925-2020). De su obra poética, (nunca premiada), Es autora de cuatro libros: Antro Fuego (1955) publicado con 21 años, con el que sacudió la sociedad moralista, aldeana y conservadora de la época. Demonios en Caos (1972); Situaciones (2000) y Coruscar, (sfe) Se graduó del Colegio Señoritas. Desde joven hizo notoria su gran inclinación por el arte. Con un gran poder de introspección, junto a su silencio, se dedicó posteriormente a la escritura y a su familia. Ejerció el periodismo, fue bibliotecaria, conferencista de la Gran Fraternidad Universal y homeópata. A inicios de la década de 1970, dio clases de yoga por televisión, vivió en Venezuela y comenzó a profundizar en otras formas de conocimiento, como la cábala y la astrología. En 2001 recibió un homenaje del Ministerio de Cultura en el Día Nacional de la Poesía. De ella se ha dicho que era Kafkiana por su búsqueda de transformación efímera, aunque se dice que escribió de insectos antes de leer a Kafka.
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Prístino *****
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